Se trata de uno de los electrodomésticos que más consume en el hogar, ya que su uso es constante.
Al tener un uso continuo (se desconecta en muy pocas ocasiones) tiene un consumo muy apreciable, aunque su potencia no sea muy grande (200W frente a los 2000W de un secador)
Su ubicación es muy importante, debe de permitir la circulación de aire por la parte trasera del frigorífico y estar alejado de focos de calor o de la luz solar directa.
La formación de hielo y/o escarcha actúa como aislante, y no deja enfriar, consumiendo energía inútilmente. Los modelos no-frost, evitan tener que encargarse de este problema.
> No compres un equipo más grande del que necesitas, y mira siempre el etiquetado energético más eficiente para ti.
> No introduzcas alimentos calientes en la nevera. Si los dejas enfriar fuera ahorrarás energía.
> Limpia, al menos una vez al año, la parte trasera del aparato.
Todos los aparatos eléctricos y electrónicos deben tratarse separadamente como residuos desde que salen de tu domicilio, y muy especialmente los que incluyen circuitos con gases refrigerantes.
Recuerda que el comerciante al que adquieras un nuevo aparato de estas características, tiene la obligación de retirar el antiguo e introducirlo en el circuito de reciclaje.